No obstante, de su análisis se desprende una confesión importante.
Los gobernadores y alcaldes no tendrán cabida en la Venezuela del Siglo XXI -esto lo interpreto yo de sus palabras- porque paulatinamente deben perder poder, recursos e influencia ante la Consejos Comunales y la Federación de Consejos Comunales.
Esta es la cita textual de Escarrá: "De todas maneras, el poder se irá dirigiendo a las figuras de los consejos comunales. Eso no quiere decir que la figura del gobernador o alcalde vaya a desaparecer, simplemente la distribución del poder será distinta (...) ese escenario que muchos han propuesto, de que se eliminen cargos y puestos de trabajo con una hipotética desaparición de alcaldías y gobernaciones, son miedos infundados, especialmente por aquellas personas que más que empleados de gobernaciones y alcaldías son empleados de gobernadores y alcaldes".
En realidad, comparte el criterio de que Venezuela necesita reordenarse política y administrativamente para evitar casos extraños como el del Distrito Capital, el municipio Chacao, o el estado Vargas. No obstante, pretender que la estructura de gobierno regional y local recaiga sobre el nuevo sexto poder (el poder comunal) me parece descabellado, especialmente porque las figuras de los concejos comunales, especialmente su conmformación y elección, no está normada por ningún organismo, en esencia, hay tantos consejos comunales por comunidad, como grupos de amigos y de interesados existan.
En la actualidad existen aproximadamente 18 mil concejos comunales en Venezuela. ¿Cómo se pretende que esta burocracia naciente y descontrolada se constituya en una forma eficiente de gobierno?
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