Mientras se prepara para celebrar el nuevo año, piense que su regalo para 2010 puede ser una Asamblea Nacional Constituyente. Si utilizamos las circunscripciones electorales del año 2008 -En los 13 estados que aprobó el CNE en su última sesión del año se mantiene las circunscripciones de votación sin cambios- podemos decir que la oposición tiene garantizados 23 diputados nominales y 20 diputados tipo lista en la próxima Asamblea Nacional. A esta conclusión puede llegar cualquier persona que analice la votación histórica de las circunscripciones de votación empleadas en el país. También podemos decir que la oposición podría pelearle al chavismo otros 20 curules, y que en el mejor de los escenarios -con candidaturas únicas y conectando con el sector Ni-Ni del electorado- podría llegar hasta 81 diputados en el Parlamento.
Si esto llegase a suceder el comandante-presidente tiene dos opciones: En el primer escenario hay que considerar que la elección se celebrará con 100 días de antelación a la toma de posesión de los nuevos parlamentarios, lapso suficiente para que la actual Asamblea Nacional culmine la aprobación de la agenda de leyes que terminará por desconocer el referendo constitucional del año 2007, paralelamente podría dotar de una nueva Ley Habilitante a Chávez, habilitación que le permita concluir el entramado legal que necesita su proyecto político durante el año 2011, aunque tenga un Parlamento adverso.
El segundo escenario nos lleva a una Asamblea Nacional Constituyente. Ya Datanálisis adelantó el panorama de arranque para este proceso político: Ante la pregunta: ¿Debe reformarse radicalmente la Constitución? 46% de los venezolanos responde que No, mientras 30% avala la postura esgrimida en los últimos días por el Jefe del Estado. Al día de hoy, 24% de los venezolanos se mantiene indeciso ante un nuevo proceso de refundación del Estado. Las causas para anhelar esta modificación pueden ser muchas, pero no se puede descartar que 7 de cada 10 venezolanos consideren que no se respetan las garantías consagradas en la Constitución.
El peligro electoral de una Asamblea Nacional Constituyente es que esos teóricos 81 diputados de la oposición -que lograrían colocar un freno institucional al proyecto político de Hugo Chávez- podrían ser reducidos a su mínima expresión, aunque los adversarios del comandante-presidente cuenten con los votos de la mitad del país. Hay que recordar que el convocante de una ANC es quien diseña las bases comiciales para la elección de los constituyentistas, dicho en criollo: corresponderá al Presidente definir cómo se cuentan los votos en ese proceso electoral. El precedente lo tenemos en el año 1999. Gracias a las bases comiciales presentadas por Chávez sus candidatos a la ANC capitalizaron 62% de los votos y obtuvieron 94,53% de las curules, reduciendo a sus adversarios políticos -que en conjunto capitalizaron 38% de los votos- a sólo seis constituyentistas.
En aquel momento Aristóbulo Istúriz levantó su voz de protesta -los diarios de debate de la ANC están a disposición de todos aquellos que creen que este cronista se fumó una lumpia- y dijo que ese resultado, al no ser proporcional, no era democrático y no debería volver a repetirse. ¿Mantendrá esa posición en 2011? En definitiva. Disfrute esta Navidad, pero no olvide que para evitar un Parlamento adverso a sus intereses Chávez puede regalarle a todos sus adeptos una Asamblea Nacional Constituyente el próximo año.
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