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jueves, 22 de octubre de 2009

Mensaje para TU y MU: O se unen o se hunden

Escribo estas líneas después de que la plataforma Todos Unidos (TU) presentara su proyecto de elecciones primarias para los candidatos a los concejos municipales, juntas parroquiales y a la Asamblea Nacional y seguramente usted está leyendo estás líneas mientras se celebra el cumpleaños de Julio Borges y la Mesa de Unidad (MU) presenta su plan para lograr alianzas perfectas.
¿Quién tiene la razón? Como sólo conozco una aproximación extraoficial de los puntos que serán anunciados hoy, prefiero posponer el análisis sobre ambas propuestas para la próxima semana. No obstante, es inevitable analizar el contexto en el que se presenta dos visiones -no necesariamente irreconciliables- sobre el tema de la unidad de la oposición ante las próximas elecciones. Para que el próximo Parlamento Nacional represente a una sociedad, a un país, plural es necesario que la oposición madure como alternativa de poder. De lo contrario, sólo una parte del país, sólo una parte de los venezolanos, tendrá voz y voto en las decisiones que se toman en nombre del Estado.
La advertencia es vieja, pero no ha perdido validez. Supongamos que TU y MU no logran unir sus propuestas. Supongamos que TU obtiene 33,33% de los votos en las próximas elecciones parlamentarias, mientras MU capitaliza 33,32%. En este hipotético escenario el chavismo -concretamente el PSUV- queda condenado a obtener sólo 33,35% de los votos.
Recuerden amigos de TU y MU que la nueva ley electoral garantiza la sobre representación de la mayoría y en este hipotético escenario, aunque sea por una diferencia pírrica de 0,01% el chavismo es mayoría. Pues bien, la falta de acuerdo entre TU y MU provocará que el PSUV, con 33,35% de los sufragios obtenga 82% de las curules de la próxima Asamblea Nacional. Mientras TU-MU discuten, y 47% de los venezolanos, que no comulgan con el proyecto de Hugo Chávez, se debaten a qué bloque opositor apoyar, el coordinador nacional de organización del PSUV, Jorge Rodríguez, enfatiza que ese partido se está preparando para obtener una "contundente victoria" en las elecciones parlamentarias.
No le falta razón a JR. Si se repite el escenario de votación del referendo constitucional de 2009 (Chávez 54,85% de los votos / antichavismo 45,15% de los votos) 121 curules de la próxima Asamblea Nacional serán ocupadas por candidatos comprometidos con el proceso revolucionario. No obstante, si se repite el escenario de 2007 (Chávez 49,3% de los votos / antichavismo 50,7% de los votos) la oposición a la revolución bolivariana se quedará con, aproximadamente, 111 curules. ¿Es muy ambicioso suponer que TU y MU podrán ceder en sus posturas para lograr un acuerdo?
twitter: @puzkas
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jueves, 15 de octubre de 2009

La solución a las miserias de la oposición


El resultado de la elección para escoger a los integrantes de la Asamblea Nacional marcará -definitivamente- al país. Si el presidente Hugo Chávez mantiene la mayoría en el Parlamento continuará el proceso de aprobación de leyes revolucionarias y se acentuará la práctica de reconocer a las personas como ciudadanos con derechos sólo cuando se pronuncian positivamente sobre la revolución bolivariana.
Seamos sinceros, al día de hoy lo más probable es que la oposición se presente en dos grandes bloques a la elección de la próxima Asamblea Nacional. Según la última encuesta de Datanálisis -si las elecciones fueran el próximo domingo- 33% de los electores votaría por los candidatos que avale el Presidente, 23% apoyaría a los candidatos de oposición y 23% se decantaría por dar su voto a los nuevos liderazgos. Cualquier lector diría que al sumar el apoyo de los independientes al voto opositor el chavismo queda en minoría; una verdad muy relativa porque la nueva Ley Electoral -aprobada por el Psuv y el Partido Comunista- está concebida para beneficiar al bloque que obtenga la mayor votación para sobre representarlo en la Asamblea Nacional. El 33% de apoyo al chavismo -al ser el bloque mayoritario- le daría derecho a capitalizar, aproximadamente, 85% de las curules de la próxima Asamblea Nacional.
Con estos números -y las reuniones celebradas hasta la fecha- está cantado que AD, Copei, PJ y UNT se presentarán en bloque a la elección, mientras los que reclaman un nuevo liderazgo -con Leopoldo López a la cabeza- se presentarán en otro bloque en donde se aglutinará a Redes Populares con todos los partidos medianos y pequeños que no entraron en el acuerdo de los grandes. Como esta situación no va a cambiar, le propongo a cada bloque (partidos y teóricos nuevos líderes) que se dediquen a escoger -con el método que crean conveniente- a sus candidatos, tanto nominales como integrantes para las listas paritarias. Es decir, que se dejen de estar asistiendo a reuniones intrascendentes que no conducen a soluciones y comiencen a patear calle y a elaborar su propuesta legislativa de campaña.

Ahora viene lo difícil. Cada bloque debe acordar someter sus candidatos al escrutinio de los ciudadanos. Propongo que se acuerde celebrar primarias cuatro meses antes de la elección. En estas primarias se medirán los candidatos de los partidos tradicionales con los que presente el nuevo liderazgo. La única forma en que se eludan las primarias en algunos circuitos pasa porque exista un liderazgo ampliamente reconocido por los dos grupos en una jurisdicción específica. Si cuatro meses antes de la elección no hay acuerdos entre los bloques se deben someter a la primaria, en la que podrán participar todos los electores inscritos en el Registro Electoral hasta un mes ante de la consulta popular.

Ahora viene lo interesante. Ambos bloques se comprometen a respetar el resultado de las primarias y a postular al candidato ganador. Es decir, si Eugenio G. Martínez gana la primara en el circuito X -aclaro, no me estoy postulando- PJ, UNT, AD y Copei se comprometen a postularme con sus tarjetas, evidentemente el nuevo liderazgo hará lo propio, no con una tarjeta única, sino con una tarjeta que llamaremos alternativa. De esta forma se cumple con el requisito del sistema mayoritario de presentar bloques de candidatos.
Adicionalmente los resultados de la elección parlamentaria servirán para aclarar si los electores en realidad prefieren apoyar a los candidatos a través de los partidos tradicionales, o si prefieren dar su apoyo usando la tarjeta alternativa. Como es lógico, el candidato ganador se compromete a respetar a la tarjeta que más voto le proporcionó para llegar a la asamblea; así de simple.

Los que deseen plegarse a esta iniciativa pueden unirse al grupo de Facebook "Los que quieren que la oposición presente candidatos únicos"

lunes, 24 de agosto de 2009

La oposición conseguirá que Chávez gane las elecciones Parlamentarias

La revolución vive un mal momento. 6 de cada 10 venezolanos -según Datanálisis- quiere un país diferente al que propone Hugo Chávez. No obstante, mientras el chavismo adecúa el terreno -legal y político- para permanecer en el poder, la oposición, en vez de capitalizar el descenso de hasta 10 puntos porcentuales en la popularidad del presidente, continúa atrapada en sus miserias.
Según el último estudio Perfil 21, realizado por la encuestadora Consultores 21, si las elecciones parlamentarias se realizarán el próximo domingo 44% de los venezolanos votaría por los candidatos del chavismo y 48,3% apoyaría a los aspirantes de oposición. Estos números, unidos al efecto de sobre representación de la mayoría que garantiza la nueva Ley Electoral, le valdrían a la oposición la mayoría calificada en el próximo parlamento.
No obstante, para que la oposición se beneficie de la nueva Ley Electoral necesita llegar unida a las elecciones legislativas que teóricamente deben realizarse en diciembre de 2010. Acá es donde aparecen las miserias que le servirán a Chávez para quedarse con el control absoluto de la Asamblea Nacional, aunque sea minoría.
Aunque Carlos Vecchio es el padre de la tesis de la tarjeta única, Leopoldo López ha hecho suya esta idea, en un intento por garantizar la unidad de la oposición y a la vez pasarle factura política a partidos como Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo.
Por el otro lado están los partidos políticos intentando garantizar una alianza perfecta (todos los partidos postulan al mismo candidato) para beneficiarse del efecto de sobre representación, sin necesidad de renunciar a sus colores y al poder político asociado a la representación parlamentaria.
¿Tarjeta única o alianzas perfectas? Las últimas semanas han transcurrido en un debate estéril que intenta responder esta interrogante. Interrogante que le valdrá a la oposición su próxima derrota electoral.
La alianza perfecta y la tarjeta única funcionan igual de bien, ninguna es mejor que la otra. La diferencia radica en quién es más beneficiado. Si el interés genuino de la oposición fuera recuperar el Parlamento el debate en estos momentos estaría centrado en el método para escoger a los candidatos de unidad y no en el método de postulación.

El costo de no tener unidad
Si la unidad absoluta no se logra no existirá tarjeta única o alianza perfecta que funcione. Supongamos que Leopoldo López, Julio Borges, Omar Barboza, Henry Ramos Allup, Eduardo Fernández, Lewis Pérez y Luis Miquelena no logran ponerse de acuerdo. Supongamos entonces que la oposición se presenta con dos grandes bloques a las elecciones parlamentarias. Si la tarjeta única capitaliza 33,33% de los votos, la alianza perfecta 33,34% y el PSUV 33,35%, el chavismo -gracias a una diferencia de 0,01%- tendría el control de 82,36% de las curules del próximo Parlamento. ¡Con 33,35% de los votos Chávez podría obtener 136 curules! Ese es el efecto de un sistema de sobre representación de las mayorías, pensado además para explotar la principal debilidad de la oposición: los intereses particulares de algunos de sus líderes.
Es comprensible que las personas que están fuera de los partidos -o que pretendan abandonarlos- quieran presentarse con una tarjeta única, para marcar distancia de los cogollos partidistas. También es comprensible que los partidos no quieran firmar su acta de defunción.
Antes mencioné que ambos métodos funcionan igual de bien, no obstante el costo político de la tarjeta única es alto. La única desventaja de esta idea es que provocaría que los partidos dejen de recibir votos en sus tarjetas. Como se retiraron -esta es la peor decisión política de los últimos 5 anos- de la elección parlamentaria de 2005, todas las organizaciones que representan al antichavismo podrían ser ilegalizadas. Aunque concuerdo que la mayoría de los dirigentes de oposición no están a la altura del debate político actual, también entiendo que los partidos son necesarios en los años por venir y no se puede contribuir con su desaparición, salvo que algún líder en específico aspire a capitalizar esa ilegalización para dejar a su movimiento como único referente.

¿Tarjeta única o alianza perfecta?
¿Tarjeta única o alianza perfecta? Esta duda se puede responder el próximo año, cuando ya se tengan definidos los 167 candidatos unitarios de la oposición (incluyendo a los 3 diputados indígenas). Una vez que aparezcan esos 167 nombres es que se debe decidir si serán postulados a través de una tarjeta única o empleando todas las tarjetas de los partidos políticos. El resultado será idéntico.
El problema está en lograr concretar esos 167 nombres de unidad.

¿La solución? Celebrar primarias para escoger a los 114 candidatos nominales que deben presentarse, y escoger al resto (que deben estar en listas cerradas) por consenso político.
Desafortunadamente se está invirtiendo el orden de la discusión. Es imposible que se logre algún acuerdo porque quienes proponen tarjeta única están por fuera de las discusiones de la mesa unitaria; así que, cada bloque en su parcela, contribuye a garantizar que Hugo Chávez continúe con el control hegemónico del Parlamento.
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