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viernes, 5 de agosto de 2011

Chávez se va a pitufear

Tengo días queriendo escribir sobre Los Pitufos -ya debe estar en los cines la nueva versión de la historia- especialmente después que estuve inmerso en un debate con relación a la orientación comunista de la serie con la que crecieron (crecimos) muchos de los actuales adultos contemporáneos de Latinoamérica. Así como la mayoría de las películas de Disney esconden críticas específicas al sistema comunista -al igual que lo hace Pixar- Los Pitufos resaltaban particularidades del sistema comunista. No obstante, este puede ser tema para otro texto. (Insisto en que no me refiero a la película sino a la serie). 
En medio del debate sobre la orientación política de la "comiquita", el Presidente de la República decidió -y nunca mejor dicho- comenzar a "pitufar". Los que recuerden la serie sabrán que la palabra "pitufar" y sus derivados se pueden utilizar como verbos que aplican como sinónimos a cualquier tipo de acción, sentimiento e idea. Incluso, puede utilizarse como adjetivo. 
El Presidente necesita reinventarse. Ha criticado el uso extremo del color rojo, aunque en el pasado no recriminó al presidente de Pdvsa por inventar el lema "rojo, rojito", ni satanizó en su momento la manía de Diosdado Cabello -como gobernador y ministro- de pintar todas las estructuras que veía a su paso de rojo. 
El Presidente también ha dicho que debe evitarse el abuso del término socialista, cuando él personalmente posicionó con ese apellido su gestión de gobierno. 
Estos cambios tienen sorprendidos a más de un analista. No obstante, se debe decir que que son perfectamente predecibles. 
Ya en el pasado el Presidente pitufeó temporalmente. ¿Recuerdan cuando en el año 2007 decidió aparecer en las vallas de campaña con una camisa azul? 
Como ocurrió hace cuatro años el Jefe del Estado intenta suavizar su imagen para conectar con el segmentos de los neutrales (39% según la última encuesta de Datanálisis) que comienzan a marcar cada vez más distancia de su modelo político. 
Al igual que decidieron hacer los hermanos Castro en Cuba, Chávez se reinventa -o hace creer a los neutrales que lo hizo- o la anhelada reelección en 2012 será cada vez más complicada de materializar. 
No es de extrañar entonces que en las próximas semanas los venezolanos vean a dos Chávez: El rojo, rojito (¿recuerden el capítulo en donde se describe la invasión de Los Pitufos Negros?) y el que se dedique a pitufar. El primero atacará con furia desmedida a las cabezas visibles de la oposición para satanizarlas, dirá que en su ausencia vendrá el caos y explicará como la oposición miente al decir que mantendrá las misiones sociales (tal y como lo hizo en la pasado) y el segundo intentará conectar abiertamente con la clase media y los neutrales. 
Debe entenderse que si Chávez necesita satanizar temporalmente al Socialismo del Siglo XXI para suavizar su imagen lo hará sin ningún tipo de problema. Chávez es un líder pragmático y tomará decisiones que le permitan mantener el poder, aunque implique rechazar temporalmente lo que en el pasado resaltó. 
Mal haría la oposición en continuar enfrascada en un debate craso y supino sobre si utilizará una tarjeta única o de unidad (unitaria) y no centrarse en su verdadera necesidad: escoger al mejor candidato presidencial posible. 
Recuerden: Chávez se va a pitufar. Según la ocasión -y la audiencia- sustituya "pitufar" por: radicalizar, humanizar, flexibilizar, atacar a la empresa privada, promover la inversión extranjera, usar el color rojo, vestir de amarillo, pedir camisas azules, legislar en temas de arrendamiento, derogar leyes de arrendamiento, etc. 
¿Cómo pitufearán los neutrales en 2012? Por primera vez la respuesta a esta pregunta no depende sólo del Presidente. Ahora, las decisiones que tome la oposición tendrán un impacto relevante y decisivo. Por primera vez Chávez no juega solo. Por lo pronto, decidir usar una tarjeta de unidad (y no única) puede describirse como una decisión acertada; tan acertada como los cambios de imagen y discurso que está asumiendo Chávez para minimizar la consolidación de la oposición como alternativa a su gobierno y disminuir el impacto percentual de su enfermedad. 

martes, 8 de junio de 2010

@chavezcandanga sustituye los "papelitos" de peticiones

Hace dos años eran "papelitos" en actos oficiales; ahora son tweet. En esencia, el presidente Hugo Chávez no es un buen twitero; no obstante su cuenta @chavezcandanga parece estar cumpliendo con su propósito político: generar la percepción que el pueblo tiene comunicación directa con él. 
Luis Vicente León, director de Datanálisis, recuerda que la popularidad del jefe del Estado "tiene una relación directa con su presencia mediática o presencia ante las masas"
Explica que la estrategia comunicacional de Chávez puede dividirse en cuatro fases: 1. La clásica que consiste en utilizar vallas, afiches y publicidad convencional. 2. La que proviene de su control del poder, que deriva en el uso de las cadenas y en que todo el Estado se dedique a su campaña 3. Colocar en la agenda pública "temas duros", conflictivos que generan una comunicación inducida porque en su debate no sólo participan Chávez y sus seguidores, sino que es replicado por sus adversarios. 4. Las nuevas formas de comunicación, en las que se incluye el uso que se hace de ALÓ, PRESIDENTE, las LÍNEAS DE CHÁVEZ, el blog y su cuenta en twitter.
León advierte que no debe suponerse que Chávez utiliza su cuenta en twitter para llegar a la clase media, sino para mantener la conexión con su público meta.
"Cuando se chequea la penetración de Internet en el país, descubres que 60% de la población que se conecta a la red viene de los estratos D y E de la población", asegura el director de Datanálisis.
Aunque reconoce que el uso que Chávez da a su cuenta en twitter ha sido criticado porque optó por la ruta de ser "receptor de información y no de generarla", León sostiene que esos tweet que recibe Chávez sustituyen a los "papelitos, esos papelitos que han existido toda la vida y que le entregaban en actos oficiales y él recibía para vender la imagen de cercanía con el pueblo, para que el pueblo sienta que tiene acceso al Presidente".
Por su parte, el politólogo John Magdaleno, después de recordar que Chávez tiene "una concepción militar de la política", explica que el Twitter fue concebido "como un territorio adicional" en la lucha por la opinión pública.
Recuerda que la teoría de LA CASCADA de Karl Deutsch, sobre el proceso de formación de la opinión pública, coloca en el inicio de esa "cascada" a los opinadores o líderes formadores de opinión, que son los que tienen influencia en la formación de las matrices de opinión pública.
La presunción de Magdaleno es que Chávez utiliza el twitter como parte de esta cascada, para la formación de matrices de opinión pública.

No es buen twittero
Carmen Beatriz Fernández, directora de @DataStrategia y coordinadora del portal políti- co iberoamericano e-lecciones.net. explica que leer el TimeLine de @chavezcandanga da cuenta "de la terrible desinstitucionalización del país (...) No encontramos ni una idea ni un debate, ni siquiera una cita. La cuenta es un petitorio de ayudas que no encuentran salida por los caminos regulares que debería ofrecer un Estado mínimamente competente: una beca para un hijo, una operación de cataratas o una reparación de un aire acondicionado. Todo vale. Todo debe resolverlo el superpresidente"
No obstante, reconoce que la cuenta puede servir para mostrar empatía. "@chavezcandanga no es más que una ventanita de recepción de súplicas que desnudan la gravísima desinstitucionalización del país, el presidente Chávez en su rol de buen padre preocupado, las atiende y canaliza".
Advierte que la cuenta no sirve para "comunicarse" si se entiende que este es un proceso bidireccional. "Pese a tener más de 400 mil seguidores la cuenta oficial de Chávez sólo sigue a 5 personas". Tampoco funciona, desde la perspectiva de Fernández para difundir a la revolución. "Es quizás lo que peor hace. Si bien la cuenta tiene muchos "followers", la gran mayoría de ellos siguen sólo a @chavezcandanga. Es evidente que desde el poder del Gobierno se ha hecho un enorme esfuerzo por engrosar artificialmente el número de seguidores, de tal manera que muchísimas de la cuentas seguidoras son muy nuevas y tienen a un único seguidor y a poquísimos seguidores. Eso hace que la influencia real de @chavezcandanga sea mínima"

jueves, 26 de noviembre de 2009

Ni-Ni: "Es más seguro no meterse en ese lío"

La clave del resultado de las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre de 2010 será conectar con el segmento de las personas que -al día de hoy- dicen no identificarse ni con el chavismo, ni con la oposición.

Tarea complicada si se desconoce cuál es la motivación de ese grupo de venezolanos para escapar de la polarización a la que dos minorías, que se alimentan exclusivamente por el rechazo mutuo, han condenado al país.

La mayoría de los estudios de opinión pública que se han realizado en las últimas semanas concluyen que la pérdida de apoyo popular del chavismo no es capitalizado por sus adversarios políticos sino por una tercera tendencia -mayoritaria en este momento- que no conecta con el discurso de control estatal en la política y en la economía que nutre a quienes se identifican con el PSUV, PCV o con el PPT y mucho menos con el discurso sin propuesta aparente de quienes se oponen al proceso revolucionario.

Sin embargo, la principal conclusión de los últimos estudios es que para vencer el año que viene se debe enamorar a los teóricos independientes, así de simple.

Datanálisis habla -según su Ómnibus de octubre- que 21,5% de la población se autodefine como progobierno, 17,4% como de oposición y 54% de los ciudadanos se inclina por decir que no pertenece a ningún bando.

El IVAD -es decir, la encuestadora de Félix Seijas- indica en su último pulso nacional, con trabajo de campo entre el 25 de octubre y 4 de noviembre, que 35,7% de los ciudadanos se identifican como chavistas, 32,3% como "no chavistas" y 28% prefiere decir que no pertenece a ningún bando.

Por su parte, Keller y Asociados -en su análisis correspondiente al tercer trimestre del año- sugiere que 35% se autodefine como chavista, 29% como oposición y 36% como neutral ante la polarización.

¿Por qué una persona toma la decisión de no identificarse con alguno de los dos extremos? En el último estudio de Keller y Asociados existe una interrogante que intenta despejar esta duda. Concluye el citado estudio que 47% de los personas que dicen ser Ni-Ni lo hacen porque "es más seguro no meterse en ese lío", 17% confiesa que no le gusta ni Chávez, ni los líderes opositores, 19% dice que le interesa poco la política y 12% habla de otras razones.

Sin duda, es emblemático que casi la mitad de aquellos que rechazan tomar posición pública sobre su preferencia política lo hagan racionalizando que no deben meterse "en ese lío". En este punto no puedo dejar de recordar una frase que mi viejo me repetía constantemente para intentar explicarme aquel concepto de Giovani Sartori sobre "la bóveda del miedo": "Con Pérez Jiménez, si no te metías en política nada te ocurría", me repetía mi viejo.

Hoy -ya mi viejo no está para seguir explicándome las cosas- pareciera que se intenta "paralizar" a la sociedad a través de la anarquía potencial que significa un país sin revolución.

Afortunadamente, a pesar del crecimiento de esa "bóveda de miedo", la mayoría de los venezolanos reconoce la importancia de contar con un Parlamento "equilibrado", en donde todos los ciudadanos se sientan representados.

La pregunta, que no puede ser abordada por las encuestas, es si el liderazgo político venezolano -de oposición y de gobierno- puede comprender que están desconectados de la mayoría de los venezolanos y sólo siguen alimentándose por el rechazo mutuo con el otro extremo
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