Inicialmente el título de este texto debía ser: "Los retos de la Mesa de la Unidad Democrática" (MUD para los panas). No obstante, buena parte de los problemas de esta instancia nacen en la forma en que fue definida la estructura que teóricamente coordina a la oposición.
La actuación de la oposición en las últimas semanas parece venderle a la opinión pública la idea de que la MUD, más que la instancia que agrupa a los 16 partidos nacionales de oposición, es en realidad la organización número 17 del antichavismo.
Al día de hoy es complicado resolver si esta imagen de partido político y no de instancia coordinadora es consecuencia de que Ramón Guillermo Aveledo (RGA) tiene un proyecto personal de largo plazo con la MUD (pensando en el 2012) o que los proyectos personales de buena parte de los secretarios generales de los partidos políticos (que también piensan en el 2012) impiden que la instancia coordinadora funciona como tal.
Seamos sinceros, en ausencia de RGA la MUD no tiene presencia pública y mucho menos espacio en los medios. En ausencia de RGA el resto de partidos actúan y declaran como organizaciones individuales, y no como integrantes de una coalición que tiene como propósito obtener, al menos, 84 curules del próximo Parlamento (si actualizamos las proyecciones de votación con las últimas encuestas podemos decir que a dos meses del proceso electoral el mejor escenario opositor oscila entre 50 y 55 diputados).
No obstante, olvidemos por un instante el problema relacionado con la esencia de la MUD, y evaluemos su actuación y en general la campaña de los 16 partidos nacionales de oposición.
El plan de "100 ideas para la gente" que puede descargarse de la página de la Unidad, y que muchos candidatos de la oposición reparten como folleto de campaña es una idea interesante, pero muy mal desarrollada. Mal desarrollada porque, como bien lo ha explicado hasta el cansancio J.J Rendón, la oposición lo que necesita es una campaña de ámbito nacional (algunos la llaman paraguas) que se enfoque en tres puntos que son coincidentes para los electores chavistas, de oposición y especialmente para los "no alineados políticamente": 1) La Asamblea Nacional debe ser un espacio plural en donde todos los venezolanos estén representados; 2) El Parlamento debe legislar en materias de seguridad ciudadana y seguridad social; 3) La oposición no puede pretender llegar al Poder Legislativo para derogar las leyes sociales aprobadas hasta la fecha.
Que la principal oferta de campaña de la oposición esté basada en vender 100 propuestas entre las que se mezclan leyes de desarme, seguridad social, derogatorias de otros instrumentos legales, reviva el caso RCTV o de "sustento" a la idea que los diputados de oposición eliminarán las misiones solo sirve para ratificar el voto de los opositores convencidos, pero tendrá poco impacto en la motivación de los independientes para votar por los candidatos de la MUD o en provocar abstención entre el chavismo light.
Los problemas de RGA (si en realidad es el coordinador de toda la oposición) o de los 17 partidos nacionales que integran el antichavismo no se limitan al rol que juega la MUD y a la difusión de las "100 ideas para la gente". No puede olvidar RGA y los partidos que le dan cuerpo (no me atrevería a decir vida) a la MUD la heterogeneidad del segmento de los independientes. 5 de cada 10 venezolanos que se pueden definir como no alienados hacen al día de hoy -según las encuestas difundidas antes del escándalo de Pdval- una evaluación positiva del Gobierno, mientras apenas 26% son críticos de la obra oficial. En esta categoría apenas 24% valora positivamente la actuación de los sectores no gubernamentales.
El reto de la oposición no es sencillo, pero la solución pasa por definir si la MUD es un proyecto de RGA o entender por qué, si existe esta instancia coordinadora, los partidos, su estructura y sus recursos no están 100% comprometidos con ella.
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