"No vi a Manoa,
no hallé sus torres en el aire,
ningún indicio de sus piedras.
Seguí el cortejo de las sombras ilusorias que dibujan sus mapas,
crucé el río de los tigres y el hervor del silencio en los pantanos,
nada vi parecido a Manoa ni a su leyenda.
Anduve absorto detrás del arco iris
que se curva hacia el sur y no se alcanza,
Manoa no estaba allí, quedaba a leguas de esos mundos,
siempre más lejos.
Yo fatigado de buscarla me detengo
qué me importa el hallazgo de sus torres?
Manoa no fue cantada como Troya, ni cayó en sitio,
ni grabó sus paredes con hexámetros,
Manoa no es un lugar sino un sentimiento,
a veces es como un rostro, un paisaje, una calle,
su sol de pronto resplandece.
Toda mujer que amamos
se vuelve Manoa sin darnos cuenta.
Manoa es la otra luz del horizonte,
quién sueña puede divisarla, va en camino,
pero quién ama ya llegó, ya vive en ella"
Eugenio Montejo
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