Escucho con asombro que algunos secretarios generales de partidos de oposición aseguran que obtener 40 diputados el 26 de septiembre significará un crecimiento político importante de los adversarios al proyecto del presidente de la República.
Resulta obvio que si la oposición se retiró de las elecciones de 2005 y al día de hoy sus únicos representantes en el Parlamento son "los salta talanquera" de Podemos y el Frente Humanista, hablar de 40 curules para el próximo año representa todo un avance.
No obstante, el análisis no puede ser tan simple. Hay que considerar el descenso lento, pero sostenido, del chavismo en las encuestas. Según las últimas mediciones de opinión pública, 22% de la población se define como chavista, 25% como opositores y 47% como independientes.
Esos 40 diputados que algunos secretarios generales de partidos de oposición promocionan como un gran triunfo de la oposición -y por ende de su conducción política- provienen de 17 circunscripciones en donde la oposición históricamente gana. El mejor ejemplo de estas circunscripciones es la número 2 (C2) del estado Miranda, conformada por los municipios El Hatillo, Baruta, Chacao y la parroquia Leoncio Martínez del municipio Sucre. ¿Alguien puede dudar que los 2 diputados electos en esa circunscripción no sean de la oposición? ¿Que la oposición gane dos diputados en esta circunscripción se puede considerar un avance político? ¿Se puede decir que el antichavismo comenzó a conectarse con los independientes y con el chavismo light?
Por supuesto que todas las respuestas deben ser negativas.
El caso de la circunscripción 2 de Miranda se repite, en la C4 de Anzoátegui, C3 de Carabobo, C3 de Distrito Capital, C3 de Lara, C3 de Mérida, C1 y C3 de Miranda, C2 de Nueva Esparta, C1, C2 C4 y C5 de Táchira y C5, C6, C7 y C11 de Zulia.
En estas 17 circunscripciones históricamente ha ganado la oposición. ¿Se puede considerar un avance ganar en donde se siempre se ha triunfado?
El verdadero triunfo de la oposición, y la calidad de su liderazgo político, se podrá medir por el número de diputados que se logren conseguir por encima de ese tope histórico que oscila entre 38 y 42 diputados (sumando los candidatos nominales a los listas).
El verdadero triunfo opositor se medirá si sus candidatos logran levantar la tendencia de votación en 22 circunscripciones en donde -históricamente- domina el chavismo.
El mejor examen para el liderazgo opositor será comprobar si su conducción política -y sus candidatos- logran ganar en estas 20 circunscripciones (que escogen a 24 diputados) C1 y C3 del estado Anzoátegui; C1 de Aragua; C2, C4 y C5 de Distrito Capital; C2 y C3 de Falcón; C1 y C4 de Mérida; C1 de Nueva Esparta; C3 de Táchira; C2 de Yaracuy y C1, C2, C4, C8, C9, C10 y C12 de Zulia.
Ganar en estas zonas si se puede considerar un éxito. Las otras 17 son "un tiro al piso".
Un comentario final para la lista de candidatos del PSUV. Nuestro sistema electoral garantiza -salvo que la oposición logre doblar la votación que obtenga el PSUV en cada Estado- que los aspirantes que encabezan las listas rojas ganen su curul para la Asamblea Nacional; es decir, que la presencia de Diosdado Cabello, Cília Flores, Francisco Ameliach e incluso Arias Cádernas -por citar sólo algunos- en el próximo Parlamento está prácticamente asegurada, salvo que la oposición salga de las circunscripciones "papayas" y haga trabajo político en el resto del país.
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