viernes, 14 de diciembre de 2012

"O votan o se la calan"

arece una amenaza. En realidad lo es. A la desmotivación usual que suelen generar los comicios de ámbito regional y local en esta ocasión se une la inusual fecha de la elección, tan mala -electoralmente hablando- como la seleccionada para el referendo para aprobar la Constitución en 1999. En aquella ocasión el CNE acordó celebrar la consulta popular el 15 de diciembre y a ella dejaron de acudir 55,6% de los electores (6.041.743 ciudadanos).
Aunque un grupo de técnicos electorales y opinadores de oficio de oposición mantienen la tesis de no acudir a las urnas este domingo, es bueno recordar que la abstención en el pasado no ha servido como contrapeso institucional o para restarle legitimidad al gobierno del presidente Hugo Chávez. La abstención de 75% registrada en las elecciones parlamentarias de 2005 solo sirvió para que el Ejecutivo Nacional tuviese carta blanca, no solo para -por citar dos ejemplos- designar a los actuales rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), sino para aprobar las cinco leyes del Poder Popular; leyes que condicionarán la dinámica política a partir de 2013.
La abstención de 35% registrada en las elecciones regionales de 2008 tampoco deslegitimó al gobierno del presidente Chávez. No obstante, hace cuatro años, la movilización a última hora de electores en los estados Carabobo, Miranda o Táchira le sirvió a la oposición para recuperar parte de las cuotas de poder que perdió el 31 de octubre de 2004, cuando la influencia del grupo pro-abstención en la opinión pública fue mayor. En aquella oportunidad, el luto electoral opositor por no revocar el mandato del presidente Chávez, unido a la influencia en la sociedad civil de los grupos pro-abstención provocaron que 54,6% de los electores dejaran de votar.
Hace ocho años la abstención condujo a la oposición a una derrota aplastante: El antichavismo apenas puedo obtener triunfos en los estados Nueva Esparta y Zulia.
No obstante, la abstención no juega siempre en contra de la oposición. En 2007 la desmovilización del chavismo le costó al presidente Chávez la derrota en el referendo constitucional en el cual  -paradójicamente-  se improbaron aspectos fundamentales que fueron incluidos en las cinco leyes del Poder Popular aprobadas en 2010.
Hasta la semana pasada para la oposición era vital, mas no suficiente, mantener sus cuotas de poder en las regionales para poder enfrentar la radicalización de la revolución bolivariana en 2013. Ahora, en vista de los últimos anuncios, resulta evidente que las elecciones regionales incrementaron su importancia en el escenario político en el mediano plazo, tanto para la oposición como para el chavismo.
Hasta la semana pasada se podía intuir que no existirían grandes cambios en el mapa político después del 16-D; no obstante a tres días de las elecciones la posibilidad de sorpresas y de cambios radicales va a depender de la abstención -o de la participación de los dos bloques- este domingo.
El chavismo no solo necesita mantener las cuotas de poder ganadas en 2008, sino repetir el escenario de 2004 para fortalecer a su base electoral y al proyecto de Poder Comunal.
Independientemente de la valoración política que se haga por los anuncios de los últimos días las cinco leyes del Poder Popular (la Ley Orgánica del Poder Popular, Ley Orgánica de Comunas, Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal, Ley Orgánica de Contraloría Social y Ley Orgánica de Planificación Popular) aunque taxativamente no contemplan la eliminación de gobernaciones, alcaldías y concejos municipales sí invaden sus competencias constitucionales.
La aplicación de estas leyes significará la modificación sustantiva del régimen de propiedad, para promover la propiedad social directa e indirecta, la propiedad colectiva y la propiedad mixta; escenarios en los que la propiedad privada será cada vez más reducida. Estas leyes también servirán para institucionalizar las misiones, retomar las expropiaciones -en algunos casos confiscación de tierras y propiedades urbanas- y realizar una planificación aún más centralizada de la economía.
El chavismo saldrá a votar este domingo para garantizar la implementación de estos cambios, la duda que existe es cuál será la postura de la base electoral de la oposición. ¿Votará? o ¿Contribuirá a que los candidatos del presidente Chávez copen todo el poder regional?

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