La imposición en Venezuela de un sistema electoral mayoritario (a partir de la aprobación de una nueva Ley Electoral) y la dramática polarización que nos consume provocan que muchos curules de la próxima Asamblea Nacional ya tengan nombre y apellido.
Para analizar los escenarios del 26 de septiembre siempre se debe partir de la premisa que ese día se realizarán 111 elecciones distintas, 87 por circunscripciones y 24 de ámbito nacional. De muy poco sirve tomar las últimas encuestas de opinión pública (con resultados nacionales) para inferir que si en ellas existe un empate técnico en la intención de voto por los candidatos del chavismo y de la oposición, los comicios parlamentarios darán al PSUV y a la MUD 83 diputados para cada uno.
Al día de hoy la oposición es mayoría en opinión pública en los principales estado del país. En estas entidades están inscritos para votar 52% de los venezolanos. No obstante, en ellas apenas se escogen a 64 parlamentarios. Los otros 101 curules serán ocupados por diputados electos en los 18 Estados en donde se concentran 48% de los votantes del país. En estas entidades, es mayoría en la opinión pública, el oficialismo.
Si consideramos que el país está dividido en 87 pedazos (circunscripciones) que elegirán entre todas a 110 diputados nominales (por nombre y apellido) el análisis de perspectivas electorales debe realizarse pedazo por pedazo. En este análisis existen zonas con una tendencia mayoritaria a votar por el oficialismo (como las cuatro circunscripciones del estado Portuguesa) y lugares abiertamente opositores (como la circunscripción 2 del estado Miranda que está integrada por los municipios Baruta, Chacao, El Hatillo y la parroquia Leoncio Martínez del municipio Sucre).
Si se toman los pedazos del país que históricamente votan a favor de Chávez (39 circunscripciones) se puede inferir que los candidatos del PSUV tienen asegurados 45 diputados en el próximo Parlamento.
En el caso de la oposición, existen 16 circunscripciones que históricamente han sufragado en contra del presidente de la República. En ellas se escogen a 17 diputados. Estos serían los curules que se puede inferir que la oposición tiene asegurados.
Además de las 87 elecciones por circunscripciones, se realizarán comicios por cada Estado para elegir a 52 diputados tipo lista Esta votación (que se calcula sumando los sufragios de todas las circunscripciones en un Estado por las tarjetas de los partidos políticos) teóricamente garantiza a los candidatos del PSUV capitalizar 32 curules, mientras que sus adversarios pudiesen obtener hasta 20 escaños por esta vía.
Resumiendo, las zonas más chavistas del país pueden dar al PSUV hasta 77 diputados, mientras el voto histórico del antichavismo pareciera asegurar hasta 38 curules en el Poder Legislativo.
La única posibilidad que el PUSV y la MUD no capitalicen los curules que la historia electoral les garantizan es que sufran descalabros en el voto duro de las zonas en las cuales, tradicionalmente, ganan con facilidad. Y en política, todo es posible.
De resto existen 48 curules que aún no tienen "dueño" porque se escogen en zonas en donde la diferencia histórica es inferior a 10 puntos porcentuales. Estás circunscripciones son las más peleadas del país y pueden condicionar, incluso, los resultados de la asignación de escaños por lista. Básicamente la elección del 26 de septiembre y el bloque político que obtenga la mayoría simple se definirán en las circunscripciones N°1 y N°4 del estado Anzoátegui; C1 de Aragua; C2, C4 y C5 del Distrito Capital; C3 de Lara; C2 y C3 de Falcón; C1 y C4 de Mérida; C1 de Nueva Esparta; C3 de Táchira; C2 de Yaracuy y C1, C2, C4, C8, C9, C10 y C12 de Zulia.
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